En la Sala de Juicios Orales “Mariano Otero” del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), campus la Normal, el Departamento de Letras y la Licenciatura en Letras Hispánicas, realizaron la conferencia “Los Papas en el Infierno de Dante. Crítica a la Iglesia en la Divina Comedia”, impartida por el Mtro. Alejandro Cuadrado.

La Divina Comedia puede ser catalogada como una de las obras más importantes de la literatura universal, que colocan a Dante a la altura de William Shakespeare y de Miguel de Cervantes Saavedra, mencionó el conferencia al iniciar su participación.

En la Divina Comedia, Dante pretende decir "lo que nunca ha sido dicho de mujer alguna. La exaltación del triunfo celestial de la amada, la expresión de un amor que transciende las dimensiones físicas de este mundo y se convierte en pura espiritualidad. El resultado final es un fantástico viaje hacia la redención que abarca todo el argumento existencial, desde la creación del hombre hasta su destino final: la divinidad”, afirmó

En esta conferencia, el Mtro. Alejandro Cuadrado, explicó que “Dante no parecería el mejor proponente de la iglesia católica, pero al revés, por tantas críticas que le lanzan sobresale por ser el defensor de la iglesia. Después de su inventiva feroz, San Pedro le encarga un atarea a Dante: “Tú, hijo mío que en triste y vaho tiempo volverás a la tierra, abre la boca y no le ocultes lo que yo difundo”.

“Llamando la atención a la corrupción de la iglesia, es la manera en que Dante espera cambiar la iglesia. Además lo que molesta a Dante, no son las jerarquías en sí, ni los ordenamientos religiosos, acerca de San Francisco y Santo Domingo, escribe uno de los cantos más importantes del paraíso, ahí dice que los dos pudieron mantenerla barca de San Pedro, y como ruedas bien hechas pudieron dirigir el carro de la iglesia”, resaltó el conferencista.

Por lo tanto, el investigador, resaltó que “las críticas a la iglesia en la Divina Comedia, aparte de ser intensas y polémicas insisten al fin de cuentas, en una iglesia que regresa a los principios de San Pedro, San Benedicto, San Francisco y de Santo Domingo: una iglesia que valora la sencillez, la pobreza y la humildad, en lugar de la avaricia y la soberbia que dominó ciertos personajes como el Papa Bonifacio VIII”, concluyó.