En el Salón Agustín Yáñez de Expo Guadalajara, se realizó el VIII Seminario Internacional de Crítica de Arte "Pensadores del Arte: Identidad y Arte Contemporáneo", con la conferencia magistral e inaugural  denominada "Más allá del Ventriloquismo o el Trolleo: La Función de la Crítica y los Discursos del Arte".

La conferencia fue impartida por Diego del Valle Ríos, de la Coordinación de Comunicación interna; Administración y Activación de Correos, Bases de Datos, Organización del Sistema de Información, Archivo y Diseño; Irmgard Emmelhainz, Escritora, Investigadora independiente y miembro del Sistema Nacional de Creadores (SNCA-FONCA) en la categoría de ensayo (2018-2020) y Octavio Avendaño Tujillo, Director de Cultura del municipio de Caborca, Sonora.

El VIII Seminario Internacional de Crítica de Arte,  reunió la opinión de críticos, curadores y escritores del arte, quienes desde su experiencia analizaron el arte contemporáneo en una introspección cultural. Como complemento a las conferencias de expertos, el seminario realizó una master class para abonar a los noveles críticos y periodistas en su quehacer de pensadores del arte.

“Cada vez hay más inquietud de los asistentes, ello debido a la gran participación de ponentes de gran calidad investigativa. Además de destacar su interés en el ámbito sobre el arte, la curaduría, las políticas culturales. Nuestros ponentes son un referente de la crítica de arte”, destacó Alejandro Sánchez, Fundador de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega de Periodismo Cultural A.C. y Director del Seminario Internacional de Crítica de Arte.

“La crítica de arte tiene la función de puente pedagógico entre el arte y las personas. Invitar al lector a observar la cultura como categoría democrática. La crítica en México se sustituye con el estilo. La palabra escrita del crítico reside en la forma de entender el arte a partir del contexto. Lo que conocemos como arte contemporáneo en México coincide con la llegada de la democracia que hace una revuelta de lo común a lo estético. Las industria s culturales se afianzaron en el giro poético-político”, destacó Irmgard Emmelhainz.

Diego del Valle, reflexionó sobre como “la estructura del arte, la blanquitud, impone una estética aria capaz de diferenciar imaginarios culturales. Su fin es diseccionar, el constructo social. La blanquitud es un espacio privilegiado. La blanquitud tiene que ver con la modernización, los abismos de clases buscará alivio en las clases sociales bajas, con el fin de moralizar. La crítica entonces se convierte en una conciliadora. El arte neoliberal ha fracturado toda posibilidad de diálogo, mutando en sólo la competencia. La crítica ha sido empujada a ser una cura entre público y producción artística, es una paráfrasis”.

“Precarizar la práctica de la escritura lleva a menos escritura. Para sobrevivir como crítico es necesario depender de élites. La falta de medios críticos en el arte nos hace vivir en artes impuestas por la blanquitud”, mencionó Diego del Valle.

Octavio Avedaño, Director de Cultura del municipio de Caborca, Sonora, explicó que el crítico debe ser un alquimista, alguien que pregunta por la verdad, ya que “la crítica es una invitación de la  búsqueda de la verdad a través de sus heridas. Nos encontramos en la era en donde las complicidades invisibilizan las propuestas artísticas que sólo abren sus puertas al mercado”.

“Las posibilidades independientes establecen una posibilidad de denuncia. La crítica debería actuar ante el temor del mundo por medio del lenguaje. La crítica se ha reducido a calidad de mera comunicación, la crítica de arte de redujo a boletín de prensa. Esto suscitado por la falta de espacios”, concluyó Octavio Avedaño.